jueves, 14 de mayo de 2009

RELIGIOSIDAD POPULAR E INSTITUCIONAL Y DEVOCIONES MARGINALES

EVALUACIÓN
RELIGIOSIDAD POPULAR E INSTITUCIONAL Y DEVOCIONES MARGINALES

En pocas palabras, las devociones marginales son como una organización con diferentes opciones o argumentos que presentan diferentes formas de vida sin la propuesta oficial culta.
El problema de las devociones marginales es que no son tan fuertes como las institucionales, haciendo que no sean muy aceptadas.
Su lado positivo es que son muy accesibles y la gente las busca y frecuenta para buscar una respuesta, una salida a sus problemas. Es ahí, en los marginados sociales, donde obtiene tanta fuerza, ya que todos los pecadores que no son aceptados ante la sociedad se guían con eso para tener conseguir una nueva propuesta de vida y encontrar la esperanza de salvación y redención.
Lo único que tienen que hacer es aceptar la responsabilidad y realizar acciones de solidaridad.
Las devociones marginales también ayudan a encontrar un sentido de vida, a encontrarse a uno mismo, ya que resulta difícil vivir sin un punto de referencia trascendente, sin la religión.
El ligarnos a un Dios, o creador, humaniza toda nuestra vida, que no puede ser destruida por la muerte, sino transformada o cambiada.
La religión no anula nuestra actuación humana, más bien, la redimensiona. Hace que tome sentido y eso es lo que quiere lograr la devoción marginal, ayudarte a encontrarla y puedas vivir en paz y armonía contigo mismo.
Ahora, si hablamos del verdadero sentido de vida, llegaríamos a un conflicto con las devociones marginales, ya que no necesariamente se necesita tener una religión para encontrarle sentido a tu vida. Una creencia sí se necesita, pero en tu propia creencia, no en lo que te dicte una religión o secta.
Cuando alguien se aferra a alguna de esas formas de vida, es porque busca una escapatoria y no puede salir de sus problemas él mismo. Es como un miedo o inseguridad de no encontrarse ya que necesitan a un ser superior para así darle una explicación a su vida y a su existencia.
Hay una historia de dos hombres vagabundos que un día uno le dice al otro: “Estamos perdidos, pero ya no hay nada más que hacer.” Y el otro le contesta: “Tú estás perdido, yo no.” El vagabundo quejumbroso le dice: “¿Cómo puedes decir eso si no tenemos nada más?” Estamos aquí porque no somos nada, ni nadie.”
“Discúlpame pero estás muy equivocado”, el vagabundo tranquilamente continuó. –“Tú te sientes así porque no eres lo que soñabas ser, pero yo, siempre quise ser vagabundo, mi sueño es este, así que el que está perdido eres tú, ya que yo ya me he encontrado a mí mismo.”
Como conclusión, deberíamos de encontrarnos nosotros mismos sin guiarnos por reglas o mandamientos. Nuestra felicidad la creamos nosotros, no los demás.

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